A diferencia de, por ejemplo, España, Italia o Grecia, Argentina no tiene ningún sostén financiero. Ya que ni la Fed ni el Tesoro de EE.UU. son el BCE ni hacen en la región lo que hace Alemania por Europa. El BCE vienen comprando deuda soberana europea por billones de euros. Mientras la UE (por consenso francogermano) lanzaron un megapaquete de ayuda fiscal (subsidios y préstamos). La Argentina lo único que tiene al alcance es el FMI, y solo para poder pagarle la deuda al organismo. Pero tampoco dispone de grandes inversores institucionales, como los que alardean los Secretarios de Finanzas cuando colocan deuda en los mercados internacionales. Como si tiene Chile o Brasil. Argentina ya no tiene los fondos de pensiones como los chilenos. ¡Qué distinto hubiera sido para el Gobierno de Fernandez haber atravesado la pandemia pudiendo recurrir a que los trabajadores retiraran un porcentaje de sus ahorros previsionales en lugar de auxiliar con IFE y ATP! En Chile, el Congreso autorizó un retiro de hasta el 10% de lo ahorrado en las AFP. Esto representa cerca de u$s17.000 millones. Las AFP hoy gestionan una cartera de inversiones de u$s190.000 millones, esto representa cinco veces las reservas internacionales del banco central. Resta imaginar lo que sería para Argentina si hoy tuviera, con sus pros y contras, a las AFJP. Esto solo viene a cuento de que a veces hay decisiones -coyunturales- de política que son “pan para hoy y hambre para mañana”. Por eso se reiteran viejas estrategias en pos de que la gente desarme el “canuto”. Las zanhorias ya no crecen acá.
Fuente: Jorge Herrera – Ambito Financiero